lunes, 22 de marzo de 2010

Bienvenidos.



Bienvenidos al blog de la clase de 2ºBachillerato A, del colegio El Carmelo, en Granada.
Éste ha sido creado con el fin de recojer las memorias de nuestros abuelos en los tiempos de la guerra civil española y la posguerra; ayudandolos a no caer en olvido.









• OBJETIVOS:


a. Acercamiento de las historias de la guerra civil de los abuelos de los alumnos.

b. Rememorar la Guerra Civil a través de recuerdos individuales.

c. Aprender a investigar a través de las fuentes orales.

d. Fomentar el trabajo en equipo.

e. Elaboración y presentación de las conclusiones de las historias.

f. Fomentar el uso de nuevas tecnologías.


• CONCLUSIONES:


Consiste en trabajar de una manera no habitual dentro de las aulas y fuera de ellas.

Construcción de historias a través de recuerdos individuales, recuperación de la memoria colectiva aportando experiencias, acercamiento generacional, colaboración entre alumnos, profesores y abuelos en dicho proceso.

En consecuencia, la creación de un equipo intelectual de diferentes áreas instructivas para elaborar y enriquecer el proceso. Esto ayudará a los alumnos y a los abuelos a familiarizarse con las nuevas tecnologías y a su a aplicación en el ámbito educativo

Cuéntame cómo pasó

En tiempos de la Guerra Civil éramos muy pequeños, tan sólo unos niños que no sabíamos demasiado bien lo que pasaba, solo teníamos conciencia del peligro que corríamos y como nuestros padres estaban siendo perseguidos.
Yo solo tenía 2 años y tengo la imagen grabada en mi mente de como mi madre venía con lágrimas en los ojos diciéndome que a mi padre lo habían matado unos señores, por el simple hecho de no compartir sus ideas. Mi madre siguió luchando por todos mis hermanos y por mí, aunque años más tarde, en cuanto crecí un poco tuve que empezar a trabajar como costurera al lado de mi hermana y mis hermanos empezaron a trabajar en el campo con mis tíos.
Tuve una infancia muy dura, pero me sirvió para seguir adelante con mis ideales y luchar por lo que quería a pesar de estar en medio de una dictadura contraria a todos mis pensamientos.
A mis quince años conocí al hombre con el que pasaría el resto de mis días y al que me tenían prohibido por completo poder verle, ya que su familia y la mía tenían unas ideas completamente contrarias. Fueron unos años difíciles para los dos. Su familia era centralista, ajena a esa disputa entre rojos y franquistas, pero también fueron muy perseguidos por no tener sus ideales claros; Y por esto, mi familia no le aceptaba, pensaban que era una persona que no lucharía por conseguir sus objetivos y que no sabría que camino seguir, lo cierto es, que estaban muy equivocados y por eso yo decidí seguir adelante a su lado.
Tras superar todos estos obstáculos nos casamos y todas las rivalidades entre ideales políticos se fueron apaciguando y nosotros, ya asentados en esta dictadura, pudimos ir construyendo una familia.
Fueron años de mucho esfuerzo en los que tanto mi marido como yo tuvimos que trabajar día y noche para sacar a nuestros tres hijos adelante.
He de decir que todos mis ideales políticos los tengo a raíz de mi madre, ya que ella fue la que me contaba todo lo que pensaba mi padre y el por qué había sido fusilado. Tanta rabia me daba que lo hubiesen matado por no compartir los mismos pensamientos que, desde que mi madre me contó toda la historia nunca más he aceptado cualquier otra idea contraria a los ideales de mi padre; lo que quiere decir que jamás aceptaré cualquier propuesta de derechas.
Pero esta es toda mi historia, la lucha de una familia por salir adelante, por superar cualquier dificultad. Todo por sacar adelante a unos niños que, a día de hoy tienen todos esos valores que les hacen fuertes para seguir luchando en un mundo cada vez más cambiante, donde hay libertad para poder expresar tus ideales y, donde lo que pienses puede llevarte al éxito o al fracaso.

Traición Justificada.

Mi abuelo nació en 1938, cerca ya del final de la guerra. Criado en Baeza por su padre, ya que su madre murió durante su parto. Vivió con dificulta estos últimos años de los que recuerda que la gente se alimentaba gracias a los razonamientos por cartillas que se daban en los pueblos y ciudades, a los ladrones de pie en frente de los cafés y en las plazas mientras les afeitaban las cabezas para que la gente se burlase de ellos y la marcha de amigos por falta de trabajo y/o por propios ideales.
A pocas semanas de la rendición de los llamados “rojos”, el padre de mi abuelo decidió, pasarse al bando contrario y reprimir sus ideales, simplemente, por proteger a su propio hijo y así mismo.

Tras el fin de la guerra, mi abuelo pudo ver, con cierto agrado, como España remontaba y el nivel de vida volvía a ser normal. Con 10-11 años, mi abuelo iba todas las tardes al frente juventud (falange), la cual era una organización juvenil franquista.

Hoy día, mi abuelo no sigue siendo estricto seguidor de Franco, pero de vez encunando suelta el típico comentario de: “Ojala Franco levantara cabeza”

La guerra vivida por mi abuela.

Mi abuela nació en un pequeño pueblo de Vic el 21 de Julio de 1936.
Su familia era humilde y vivía en la casa de un señor al cual le cuidaban los animales que tenía y le mantenían la casa. Esta casa se podría decir que era una masía típica de allí con su granja. Junto a ella había una iglesia en la cual había siempre soldados.
La historia de mi abuela es algo diferente de las demás, puesto que ella y su familia no pueden hablar mal de la situación que vivieron y tampoco del trato que obtuvieron de los soldados. Estos ayudaban a su familia dándoles alimentos, seguridad entre muchas otras cosas. Tenían un gran cariño hacia estos soldados igual que los soldados con ellos. No pasaron nunca hambre porque se subsistían con la ayuda de los soldados y con los animales de la granja.
Su padre, es decir mi bisabuelo, fue enviado a la guerra de la que salió herido por un impacto de una bomba en su estómago. Por suerte no murió pero sufrió graves consecuencias de dolor en el estómago, puesto que tuvieron que trasplantarle los órganos de la barriga por unos de un animal.
Él único acontecimiento trágico que sucedió fue la quema de la iglesia de santa maría del Remei (Remedios) de cuyo acontecimiento salió el nombre de mi abuela Remei como un recuerdo de lo que vivieron en esta época y como agradecimiento de la ayuda que obtuvieron.
Por lo que los recuerdos de mi abuela hacia esto no son negativos, aparte de porque era bien pequeñita porque obtuvieron muchas ayudas y jamás sufrieron vejaciones por parte de los soldados.

Mi abuelo...

Cuando mi abuelo tenía 8 años, una noche se empezaron a escuchar tiros y un hombre entró en su casa muy asustado escondiéndose debajo del tarimom y les dijo que la guardia civil estaba disparando por el pueblo y que muchos aldeanos de la parte de la Gralla (una aldea) habían matado a dos guardias civiles con ganchos con los que empujaban las maderas por el río. Al día siguiente mi abuelo y sus padres; y otras dos familias escondidas y asustadas se fueron con mulas por la montaña a un paraje llamado Baños de Tus. huyendo de los famosos sucesos de Yeste( pueblo de mi abuelo).
Transcurridos unos cuarenta días regresaron y se encontraron con la Guerra Civil. El pueblo de mi abuelo cayó en zona roja y a mis bisabuelos Nicolás y Antonia los amenazaban de muerte porque eran panaderos; y también porque mi bisabuela era muy católica y beata. A partir de entonces ocurrieron muchos acontecimientos desagradables donde mataban a gente por el hecho de tener dinero o ser de una ideología distinta a la suya. Les perdonaron la vida a mis bisabuelos porque siempre habían fiado el pan; pero no sucedió eso con mucha gente que se los llebaban en camionetas y lo fusilaban en el monte o en el castillo que ejercía de cárcel.
Cuando mataron a una señora rica y beata ,llamada Apolonia, de una manera desagradable (llegándole arrancar los ojos), mi abuelo y sus padres se asustaron mucho y decidieron marcharse de Yeste por la noche andando hasta setenta kilómetros a Hellín; y de allí hasta Cartagena en tren con unos familiares. Cuando acabó la guerra regresaron y mi bisabuelo cogió el Tifus de las aguas de Cartagena y murió al poco tiempo. Mi abuelo con tan solo trece años tuvo que sacar adelante a su madre.

Mi querida abuela.

Mi abuela me contó una vez que, en la época de la posguerra, con tan sólo 12 años su familia no pasaba por unas buenas circunstancias, ya que estaba formada por siete personas; mis bisabuelos y sus cinco hijos. Mi abuela no fue a la escuela, se quedaba en casa ayudando a su madre, ya que era la mayor de sus hermanas, en las tareas de la casa, como hacer la comida o dar de comer a los animales del corral.
También ayudaba a su madre recogiendo las prendas que mi bisabuela cosería posteriormente en su máquina de coser, y así ganar un poco de dinero. Este fue el primer trabajo que tendría mi abuela, y a lo que se dedicaría casi la mayor parte de su vida.

Historia de mi abuela.

Mi abuela, Isabel, proviene de una familia humilde de pescadores. Por la época de la guerra civil el padre de mi abuela fue asesinado por el bando franquista y con el se fue el sueldo que mantenía la casa, mi abuela era la segunda mayor y el único varón de la familia era el mas pequeño, apenas tenía un año, como consecuencia Isabel tuvo que ponerse a trabajar desde pequeña, no sé a que edad aunque fue al colegio lo suficiente para saber leer y escribir. Con todo y con eso necesitaron la ayuda de la familia para salir adelante. Isabel tuvo una infancia muy triste dedicada al trabajo y a hacer de madre y no pudo disfrutar de las comodidades que todo niño merece y necesita para ser feliz.

jueves, 18 de marzo de 2010

La culpa de una mujer inocente.

Juan el manzanillero, natural de Trevélez, residía en la ciudad de Granada junto a su esposa María y sus hijos. Le apodaban así porque se dedicaba a recoger manzanilla silvestre para venderla en el puesto que tenía junto a la catedral de Granada; además de venderla allí a la gente corriente, tenía muchos encargos de médicos y boticarios.
Poco antes de que comenzara la Guerra Civil, Juan se marchó a recoger manzanilla para reponer sus existencias a la Sierra de Trevélez, llevándose consigo a su hijo mayor y dejando en Granada a su mujer con sus otros tres hijos.
Cuando estalló la guerra, la ciudad de Granada quedó bajo el control del bando nacional mientras que la zona de Trevélez y sus alrededores permaneció bajo dominio republicano (zona roja).
Transcurridos unos meses María, la esposa de Juan, no habiendo recibido noticias de suyas, decidió ir a buscarlo. Dejó a dos de sus hijos con una de sus vecinas y se llevó a su hija, la pequeña Laura, que no quería separarse de su madre y era muy inquieta y María no quería dejar más carga a su vecina. Con unas pocas provisiones, un burro, y con la compañía de tres hombres que querían huir hacia la zona republicana, madre e hija emprendieron el camino hacia Trevélez.
Llegando al pueblo de Pitres un grupo de guardias civiles, bajo el mando del comandante Estévez, les dieron el alto y los arrestaron. Los encerraron en unas casas de Pitres habilitadas como cárcel provisional.
Pasados varios días, interrogaron a María acusándola de traición por intentar pasar a la zona republicana. A pesar de que la mujer decía estar buscando a su marido hicieron caso omiso de sus ruegos y súplicas y la condenaron a muerte. Uno de los guardias civiles insistía en fusilar al grupo enteró, pero otro de sus compañeros defendía la inocencia de María y por supuesto de su pequeña hija. Sin embargo, al final se decidió fusilar a todos, a excepción de la pequeña Laura que fue salvada por Antonio, el guardia civil que defendía la inocencia de su madre.
Tras los fusilamientos Antonio llevó a consigo a Laura a Granada y la mantuvo a su lado hasta que su padre, Juan, pudo volver y reencontrarse con su familia tras la dolorosa pérdida de su mujer, y madre de sus hijos.
Muchos años después Laura se encontró con aquel guardia civil que insistió en ejecutar a su madre, cuando se dio cuenta de quién era Laura, el hombre enmudeció el semblante y se marchó quizá después de tantos años arrepentido de aquella acción que contribuyó a engrosar la lista de barbaridades cometidas durante la guerra, tanto por uno como por otro bando.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Con pistola o sin pistola, te pego.

El 18 de julio de 1936, finalizó la guerra. Por aquel entonces la mili era un servicio obligatorio y por tanto la población masculina española debía hacerla.
Luis, el hermano de mi abuelo Antonio hizo la mili, como era costumbre, y cuando volvió del frente al acabar la guerra; se le acusó de quemar figuras de santos junto a otros compañeros y lo encarcelaron.
El destino elegido para su arresto fue el campo de concentración de Benalua en Guadix. Allí el guardia civil que lo vigilaba todas las semanas le propiciaba una paliza.
Luis se hartó y en una de las veces en las que el guardia civil le visitaba el hermano de mi abuelo le dijo:>.
A lo que el guardia contestó:>. Y dejó la pistola en un banco cercano, acto que Luis aprovechó para quitársela y amenazarle para que dijera al centinela que lo llevaba a declarar a Guadix.
Llegaron al rio de Guadix donde Luis se deshizo de la pistola arrojándola al rio y corrió alejándose del guardia. El destino elegido por Luis para su exilio fue Francia. El trayecto fue largo y pesado, a veces iba a pie, otras en coche…y por la noche debía esconderse en las cuevas para no ser atrapado.
Mientras, mi abuelo y sus siete hermanos pequeños debían buscarse la vida en la recolección de la patata; donde el jornal que recibían eran los restos de las patatas en mal estado a las que se le habían quitado las partes podridas.
>
>

Una vida en la vega.

Ignacio Cortés, mi abuelo, me contó una vez que en su niñez, su familia no poseía una gran cantidad de dinero pero sí bienes materiales y de ganado. Sus padres tenían una gran cantidad de majales en la vega de Churriana, en los cuales podían cultivar para autoconsumo y en algunas épocas de vacas gordas, alquilaban un trozo de parcela para obtener una cantidad fija de capital. Así compraban los pocos instrumentos rudimentarios que existían por esos momentos para trabajar más eficazmente en la vega.
En la casa eran cuatro hermanos que convivían junto a una gran cantidad de animales, de los cuales se alimentaban. En la época de la matanza, se sacrificaba un cerdo. De esta matanza se alimentaba toda su familia y parte de los vecinos. En Churriana de la vega, había una familia conocida como los Sajones, quienes acudían a las casa para sacrificar a los cerdos, obteniendo una compensación económica y por supuesto un par de morcillas.
Durante estos momentos de hambre y escasez de trabajo, la familia de mi abuelo fue una de las pocas privilegiadas del pueblo. Mi abuelo se casó con Conchita Avilés, mi abuela, cuya familia poseía una gran cantidad de bienes terrenales. Por lo que se puede decir que una vez juntos, formaron una gran familia de 6 hijos, a los que no les faltó de nada. Es más, mis abuelos pudieron ofrecer a todos sus hijos un buen porvenir. Uno de sus hijos consiguió un futuro artístico en torno a la música. Llegando a ser, en la actualidad, uno de los violinistas más prestigiados de Cataluña. La enseñanza de esta historia puede ser que una vida de dedicación y trabajo duro en el campo, puede llegar a proporcionarte un futuro y un bienestar a tu familia y generaciones.

Un gran fallo.

Rondaba el mes de octubre cuando mi abuelo tenia apenas 3 años, su madre había fallecido en el parto de mi abuelo. La familia de mi abuelo estaba formada por sus hermanos, una hermana y un hermano ambos mayores que él. Vivian en el pequeño pueblo de Alcaudete en la provincia de Jaén. Eran una familia adinerada con muchas tierras y de ideología liberal y republicana. El padre de mi abuelo vivía de forma normal y no tenia problemas con nadie, todos sus hermanos también tenían tierras en las que daban trabajo a los pueblerinos.
Una tarde otoñal, recién empezada la guerra, unos señores muy alterados irrumpieron en su casa, estos señores eran conocidos en el pueblo por ser radicales y anarquistas. Esa tarde no se volvió a vea al padre de mi abuelo. Lo sacaron de su casa y le pidieron que le acompañaran a dar un paseo. Una vez sin padre, en mi abuelo y sus hermanos creció un odio hacia los republicano, anarquistas, liberales…tras su muerte, el y sus hermanos fueron adoptados por su tía y junto a sus primos defendieron un cambio de ideología, defenderían el régimen fascista y apoyarían a Franco en todo lo que fuera.
Mi abuelo inculco una ideología a todos sus hijos, y todos ellos instauran en las juventudes de la falange.
Actualmente mi abuelo tiene Alzheimer, pero todavía, cuando oye algo relacionado con los republicanos o comunistas suelta improperios hacia ellos. Cada nochevieja en casa de mi abuelo cantamos el cara al sol con orgullo de ser lo que somos.

Recuerdos de mis abuelos.

Según mis abuelos…. Tras la guerra civil que duró tres años, aun teniendo dinero no se podía comer porque no había alimentos.
La guerra civil para ellos fue absurda porque la consideran como una lucha entre hermanos, sin sentido, a la cual gracias a dios, mis abuelos no participaron, porque si te pronunciabas, tu final seguro era la muerte.
Mis abuelos son de Baeza allí hubo un levantamiento, bueno, una serie de levantamientos protagonizados tanto por la derecha como por al izquierda que acarrearon muchos problemas en el pueblo, destrozos, muertes, etc.
Las iglesias de Baeza, las desalojaron los republicanos para cuarteles y garaje, destruyeron imágenes de santos. Un caso que paso en Baeza fue que, el cura del pueblo, el cura Almero fue el único que se salvó, porque sabía reparar armas para los republicanos y el otro se escondía en una buhardilla pero lo encontraron y lo persiguieron por encima de los tejados de las casas, cosa que vio mi abuelo y le causó impresión.
Acciones que según mis abuelos eran escalofriantes; cuando cogían a personas las llevaban al cementerio y las mataban y cuando sus familiares volvían para verlos ya no estaban y no se sabía de ellos.
También mi abuelo recuerda como a amigos suyos les obligaron a apuntarse en al falange además se llevaban a la gente a los frentes, y no podían escribir cartas las cuales ellos consideraban que no eran correctas, es decir, según mi abuelo no podías poner la dirección en la que te encontrabas , debías solo poner “en campaña”, un anécdota curioso de mi abuelo fue que su tío al estar en el frente , al querer hablar con mi bisabuelo e indicarle donde estaba, ponía debajo del sello, para que no se dieran cuenta, la dirección.
El padre de mi abuelo lo llevaron a la retaguardia, movilizaron las quintas (la quinta del 22) los jóvenes de 18 años eran enviados a la guerra.
El primo de mi abuelo se lo llevaron a la guerra y no volvió.
Ellos califican de peor la posguerra por el hambre que pasaron, recuerda mi abuelo, el de pequeño, yendo con las cartillas de razonamiento, que eran una especie de listas que según el numero de familiares te la daban pero además tenias que pagar. Además le requisaban alimentos de su huerta. Una vez, las espinacas se las requisaron por las autoridades porque si las vendía solo podía hacerlo para medicamentos.
Por parte de mi abuela, ella tuvo un tío que fue alcalde de Baeza, y lo ejecutaron por ser el cabecilla del partido republicano de Baeza.